miércoles, 30 de enero de 2008


La travesía terminó, hoy, por fin. Empezamos muriendo de calor buscando materiales en los lugares que cualquier viejita recomendaría: Rosas. Luego San Diego, salvando comics que no podían valer mucho para nosotras y comentándolo conseguimos comprarlos más baratos. Por hacerlo, soportamos los comentarios del vendedor sobre su pariente sueca que llegó con un cinturón con cierre para guardar la plata, no viste que en europa también roban? aaah, sí, qué novedoso. Estuvimos varios días trabajando y comprando más materiales, anticipando que pronto estarían listos y blablabla. El único problema eran los broches. La solución fué Vulko, pero la señoriiiiiiiita que nos atendió casi nos destruye el esfuerzo con broches imposibles de abrir. Nos costó que nos recomendaran otro lugar donde pudiéramos poner broches, ese lugar a la vuelta de la esquina, con un señor demasiado amable por la cresta, que nos dejó incluso ocupar la máquina para poner nosotras los broches que se podían abrir por fin! Más encima nos regala un broche que para qué iba a cobrar, y decirnos que podíamos volver para seguir poniendo broches. Mañana podrá disfrutar nuestras muchísimas gracias comiendo galletas que preparó la mamá de la vale.

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